martes, 24 de abril de 2012

OTRA VEZ TENERIFE

El periódico tinerfeño 'El Día', que preside y dirige José Rodríguez, plantea este martes en términos de pleito insular el debate en torno a la creación de un distrito único que englobe las dos universidades canarias. 'El Día' arremete en duros términos contra la posibilidad de que la sede de ese distrito único esté en Gran Canaria, aprovecha para descalificar nuevamente a la isla y a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y responsabiliza de todo a Paulino Rivero y José Miguel Pérez.

Para ello, 'El Día' publica un extenso editorial que ocupa toda su portada y cuyo título es ya una declaración de intenciones: "Salvemos a la ULL y a Canarias de las hienas políticas que están devorando estas Islas". El subtítulo tampoco tiene desperdicio: "No podemos hundirnos para que Rivero siga en el machito".

Comienza el editorial señalando que "Canarias está entrando en una situación irreversible. Sigue aumentando el paro, siguen creciendo las colas del hambre, se eternizan las esperas para recibir asistencia sanitaria ?algunas personas mueren en el ínterin?, la única salida de la juventud es la emigración y los que todavía tienen trabajo, así como las empresas que han logrado sobrevivir a la crisis sin cerrar, tendrán que pagar en los próximos meses más impuestos. Por si fuera poco, la Universidad de La Laguna está a un paso de pasar a depender de la existente en Las Palmas. Una institución con más de dos siglos de historia convertida en una sucursal de otra constituida, debido a una errada decisión política, hace menos de 25 años. Este es el precio que está pagando Tenerife y toda Canarias para que el político más necio de su historia siga en la Presidencia del Gobierno, cuando hace tiempo que debería estar pudriéndose en la oposición. Ni siquiera en la oposición, pues debería estar exiliado; escondido en algún lejano país donde ningún canario pueda sufrir la desgracia de tropezarse con él".



Luego, el editorial empieza a infravalorar a la ULPGC: "Las razones históricas cuentan. No se pueden obviar, como acabamos de decir, doscientos años de andadura académica frente a unos escasos veinticinco. Sin embargo, incluso atendiendo a la situación actual, los motivos a favor de potenciar la Universidad de La Laguna frente a la institución canariona son de tal peso, que negarlas supone no ya un cinismo, sino una infamia intolerable".

"¿Merece la pena este expolio a Tenerife solo para que un inepto y discapacitado político siga en el poder? Porque lo que se pretende hacer con la Universidad de La Laguna es parte del precio que cobra el PSOE por apoyar a Rivero en sus mentecatas ansias de poder. Publicábamos ayer en nuestra página 15 un reportaje sobre lo mal que están las relaciones entre la ULL y la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias. "Parece que no ha sentado bien que el consejero no sea de la ULL", ha dicho el director general de Universidades. Se equivoca este señor. Lo que importa no es de dónde sea el consejero, aunque debería ser de Tenerife porque esta isla tiene muchísima más tradición universitaria que Las Palmas. Sí importa, en cambio, la sumisión continua a Las Palmas. ¿Por qué ha de ser la ULL una hijuela de Las Palmas? ¿Por qué calla la prensa tinerfeña, salvo EL DÍA, este asunto? ¿Por órdenes de Las Palmas? ¿Por miedo al tirano político?".

"Con el distrito universitario único dirigido desde la Universidad de Las Palmas ocurrirá, dentro de muy poco tiempo, lo que sucedió a finales de los años ochenta cuando se creó una universidad cuyo único fin era saciar las ansias de hegemonía de los canariones "grancanarios": Las Palmas será la sede de la Universidad única de Canarias. No se denominará Universidad de La Laguna, ni Universidad de Las Palmas, sino Universidad de Canarias con domicilio en la más desangelada de las Islas. ¿Quién le iba a decir a don Antonio González, un hombre de bien, que estaba cometiendo un enorme error al consentir los colegios universitarios en Las Palmas? Eso dio alas a las ínfulas hegemónicas de la tercera isla y fue el principio del fin de la Universidad de La Laguna. Luego sería Manuel Hermoso quien agravó la situación al potenciar la Universidad de Las Palmas, con lo cual desmembraba una buena Universidad regional para formar dos provincianas. Y todo en pos de algo que nunca consiguió: hacerse querer por los canariones. Siguiendo el mismo camino, Paulino Rivero le ha dado ahora la puntilla a la Universidad de La Laguna. Háblese lo que se hable y páctese lo que se pacte con respecto al distrito único, al final los canariones se saldrán con la suya porque el consejero de Educación es un profesor de la Universidad de Las Palmas que, como tal, está obligado a incorporarse a esa institución una vez que cese ?cuándo llegará ese bendito día? como miembro del Gobierno más nefasto para Canarias y más ruin para Tenerife que recordamos en toda la historia de estas Islas. José Miguel Pérez es de Las Palmas y ejerce como canarión con las manos libres para hacerlo, porque esa calamidad política que preside el Gobierno autonómico (cuándo tendrá esta tierra su propio y auténtico Gobierno nacional) es incapaz de pensar en otra cosa que no sea su propio provecho, aunque con ello tenga que hundir a Tenerife. Rivero es un hombre que no quiere a su tierra y está dejando muy mal al lugar de su nacimiento: El Sauzal. ¿Cómo es posible que un pueblo agradable como El Sauzal críe bichos políticos de esta calaña?"

El último tramo del editorial está dirigido contra Paulino Rivero, del que dice lo siguiente: "Paulino Rivero será un bien nacido, un buen hijo, un buen padre, un buen esposo y hasta una buena persona en su círculo personal y familiar, pero es un maldito político maldito que ha hundido a Canarias sin que sepamos la razón de que los canarios se lo han permitido. No nos explicamos por qué el pueblo no ha salido ya a la calle. Si no fuese por nuestra posición pacifista (nada justifica la violencia, ni siquiera una causa justísima como es lograr la independencia de Canarias), le diríamos a la gente que se echase a la calle con hoces y guadañas para acabar con este cáncer, con este tumor maligno que se ha apoderado del Archipiélago. Paulino Rivero es el principal causante de todos los males que nos aquejan: paro, desempleo, colas del hambre, interminables listas de espera sanitarias, emigración forzada, desatención de los mayores, fracaso escolar y un largo etcétera, porque es difícil encontrar otra región en el mundo desarrollado tan sumida en la tragedia económica y social como Canarias. La gestión de Rivero supera en muy mucho a la de Zapatero, que ya es decir, en calamidades y desgracias. Zapatero sumió a España en el caos y Rivero ha aventado a Canarias a un profundo precipicio. Este Archipiélago no tiene futuro si antes no cambia de posesión: en lugar de ser una colonia española, ha de ser la nación de Canarias; la nación canaria. Es decir, una nación con su propio Estado y la íntegra posesión de sus recursos. Solo la independencia y el destierro de Rivero junto con la goda política de la zarina pueden sacarnos de este atolladero".

No faltan tampoco los términos de descalificación hacia Gran Canaria: "Para abundamiento de males, es inconcebible que la tercera isla, la que por designio de Dios carece de atractivos, sea la que se imponga y quiera estar por encima de las seis restantes, desde El Hierro hasta Tenerife; desde la más pequeña hasta la más grande. ¿Hasta dónde vamos a llegar en este consentimiento suicida? Todos sabemos que el pacto que ha establecido con los socialistas el bufón político que nos gobierna ha hundido a Santa Cruz en el desorden. La ambición de este mentecato político ha convertido una ciudad atractiva en una localidad sin alcalde, pues quien manda en la otrora llamada Perla del Atlántico no es Bermúdez sino Julio Pérez; un político con más altura que Bermúdez ?y también que Rivero?, aunque está a las órdenes de Las Palmas porque es persona que observa estrictamente la disciplina de partido".

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