Santa Cruz de Tenerife registró 4.338 habitantes más que Las Palmas de Gran Canaria en 1914, un récord demográfico que consiguió gracias a la introducción de más de 18.000 habitantes fantasma en su padrón. El historiador Agustín Millares Cantero asegura que "las trampas de Santa Cruz de Tenerife con el censo" se remontan al menos, que se haya podido constatar, hasta principios del siglo pasado, cuando el Instituto Nacional de Estadística (INE) tuvo que intervenir en 1920 para corregir los inflados del padrón que la corporación efectuó en 1910 y en 1914. En el último año citado, el organismo estadístico detectó un total de 18.338 habitantes que en realidad no existían.
El fraude durante esta década fue de tal calibre que Santa Cruz situó su población en 70.338 habitantes y le ganó en población a la capital grancanaria, cuyo censo contabilizaba 66.000 habitantes.
A juicio de Millares, la nueva detección por el INE de 15.000 habitantes fantasmas en la capital tinerfeña desde 1996 es más de lo mismo.
"Llueve sobre mojado. Las trampas de Santa Cruz han sido una constante histórica en la corporación municipal, que desde el siglo pasado ha venido realizando un falseamiento sistemático del censo", afirma el investigador, quien explica que "el fraude fue de tal calibre en 1914, que el INE tuvo que intervenir directamente en 1920 y poner las cosas en su sitio, porque nadie se creía las cifras de Santa Cruz, que llegó a alardear de tener 70.338 habitantes ".
Millares aborda en la segunda edición de su libro Santa Cruz dominadora. El centralismo interno y la provincia imposible en el XIX , publicado por Idea en 2007, las constantes denuncias de la capital grancanaria, rechazando la obsesión de la ciudad de enfrente por hinchar el número de residentes. "Cada año, después de cada censo, se producían protestas", relata.
Según el científico, el catedrático de Geografía de la Universidad de La Laguna, Eugenio L. Burriel, recoge en su obra Canarias: Población y Agricultura en una sociedad dependiente, otra "trampa monumental" que hicieron en 1910, año en el que la ciudad registra 63.004 habitantes, casi 2.000 más que los 62.886 residentes censados en la capital grancanaria.
Por su parte, el antropólogo Alberto Galván refleja en su estudio antropológico sobre Taganana los detalles y la magnitud del fraude en este distrito. Agustín Millares cuenta que según los datos recabados por Galván, la población de Taganana pasó de 2.376 habitantes en 1900 a 5.303 en 1910. "Es imposible", sostiene Millares, "que un distrito de carácter rural y economía cerrada, tan pobre y aislado, haya duplicado su población en diez años. Pero claro, era un distrito de difícil control y aprovechaban para inflar los datos". La obsesión santacrucera por aumentar su población para "colocarse por delante de Las Palmas de Gran Canaria", indica Millares, llegó al "disparate" de inscribir a 200 personas en el pago de Campanario, pese a que sólo tenía una casa. Millares Cantero atribuye el afán de los gobernantes santacruceros de llenar su padrón de habitantes fantasmas a la búsqueda de más recursos pero, "sobre todo, a presentarse como la principal ciudad del Archipiélago, en un momento en el que se estaba debatiendo la división provincial y las autonomías insulares".
A su juicio, "lo que ha ocurrido ahora", además de cuestionar la fiabilidad de los datos de los organismos oficiales, "es lo de siempre. Son las mismas pautas de comportamiento de hace más de un siglo. Siguen actuando así para tener más población y considerarse la principal ciudad del Archipiélago".
Cantero recuerda las protestas santacruceras cuando plantearon la baremación de las ciudades de la Unión Europea. "Las Palmas entraba en la categoría A y Santa Cruz en la categoría B y dijeron que no podía ser. No lo admiten ni de broma. Hay que recordar el empeño del periódico El Día en realizar la fusión de Santa Cruz con La Laguna para crear una megalópolis y desplazar a Las Palmas como la principal ciudad del Archipiélago", destaca, "pese a que las Palmas siempre tuvo más población, incluso antes de que se construyera el Puerto de La Luz en 1885, que aceleró la superioridad demográfica y económica de Las Palmas. "Desde el último tercio del siglo XVIII, Las Palmas siempre fue una ciudad más poblada que Santa Cruz, que era entonces un villorrio de pescadores.
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